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Urpi

Ricardo Luis Luna Urquizo

A mi buena madre, mi bella esposa y mi linda hija; las tres mujeres de mi vida

Urpi
(Obra en un solo acto)

PERSONAJES

  • Miguel, fiscal de profesión, unos 35 años
  • Carlos, psicólogo y amigo de Miguel
  • Claudia, secretaria
  • Vidente
  • Paloma (es Urpi)
  • José, hermano de Miguel

ESPACIO

Lima y el pueblo de Tabalosos en la selva peruana.z

TIEMPO
La obra se desarrolla en el tiempo actual.

ACTO ÚNICO

(A un lado del escenario, hay una cama; al otro lado, un escritorio; al centro, una tumba con la inscripción “Urpi”. La música es lenta y la luz tenue. El espacio de la cama se va iluminando. Es de madrugada. Miguel se despierta, se sienta, mira al techo, respira profundamente, vuelve a dormir. La luz se aclara en el escritorio. Miguel, vestido de saco y corbata, llega a su oficina, revisa papeles, hace llamadas).

Miguel
(Al teléfono) Señorita, necesito que esa carpeta fiscal esté a más tardar mañana en el despacho del juez Arbizu, que está viendo ese caso… No, el juez Pérez se tuvo que abstener por conflicto de intereses… Aliste la petición para prisión preventiva del señor Urquidi… Sí, el del caso de resistencia a la autoridad, lesiones graves y delito de discriminación en agravio del suboficial Ramos… ¿Todo claro?… Muy bien.  (Revisa papeles, mira la computadora, revisa el celular, vuelve a revisar los papeles y los firma. Suena el celular) ¿Señorita Claudia?… Oh, gracias por recordármelo, salgo ahora para ir holgado de tiempo, ese allanamiento traerá mucha cola (cuelga, arregla sus cosas y sale de la oficina). 

(El escenario oscurece. Se ven luces de patrullas y se escuchan sonidos de circulinas, una puerta que se abre por el golpe de un ariete, quejas de detenidos, insultos de la policía. Los sonidos decaen lentamente y el escenario se va iluminando). 

Miguel
(Echado en su cama, revisa su celular) Likes y más likes (bosteza), ojalá ahora pueda dormir de corrido (se acomoda y duerme).  

(La luz se atenúa. Aparece en la pared del fondo la imagen algo difusa de una paloma que intermitentemente, se va haciendo cada vez más nítida. Miguel se levanta. La paloma desaparece).  

Miguel
¡Qué mierda! Esa paloma una y otra vez, no sé por qué me da tanto miedo soñarla. (Mira el celular) Todavía puedo dormir un poco más. (Saca unas pastillas de su velador y, toma una con un vaso de agua, se acuesta).  

(Oficina. Aparece la secretaria. Limpia con un trapo el escritorio de Miguel, revisa unos papeles, deja carpetas encima. Revisa el celular).

Miguel
(Entrando) Señorita Claudia, buenos días. 

Claudia
Señor Miguel, buenos días, estaba ordenando un poco su oficina. No se olvide que hoy tiene una reunión en la fiscalía del cono norte, ahí le dejé los papeles que me pidió ayer, listos para su firma.

Miguel
Bien. Dígame, ¿ha digitalizado el acta del allanamiento de ayer? 

Claudia
Estoy trabajando en eso. Lo dejo, con permiso. (Sale).  

Miguel
Gracias, cualquier cosa la llamo. (Revisa carpetas, las firma, bosteza, revisa la computadora, vuelve a bostezar, llama por teléfono) Señorita Claudia, por favor por unos veinte minutos que nadie me interrumpa, por favor… Gracias.  

(Se acomoda en su silla y duerme. Aparece la imagen nítida de la paloma que mueve su cabeza y aletea. Miguel lanza un grito). 

Claudia
(Ingresa rápidamente) Señor Miguel, ¿qué le pasa?, ¿se siente bien? 

Miguel
(Reaccionando) No… nada, no me pasa nada… Solo me quedé dormido y casi caigo de la silla, es todo, no se asuste. 

Claudia
Pero está temblando. 

Miguel
Le tengo miedo a las caídas. Por favor, vuelva a sus labores. Yo me alistaré para ir al cono norte.

(Claudia sale. Estamos otra vez en la habitación de Miguel) 

Miguel
(Sentado en su cama, tembloroso, se toma una pastilla y se echa a dormir, pero poco después vuelve a levantarse abruptamente) ¡Carajo! Otra vez la misma huevada. (Camina por toda su habitación. Saca un encendedor y una cajetilla de cigarros de su mesa de noche y fuma tranquilamente). 

(En la oficina).

Claudia
(Llama por teléfono a Carlos) Sí, señor Carlos, que la cita sea para hoy, le urge conversar con usted. En mi opinión, tiene un trastorno muy grave, lo noto cansado; ayer casi se cae de su silla y se quedó temblando, me dijo que estaba así porque tiene mucho miedo a las caídas… Sí, también me pareció raro… Hace unos días, en dos ocasiones gritó: “maldita paloma, maldita paloma”, entré y no había ninguna paloma… Sí, es raro. Bueno, entonces a las dos de la tarde, okey. (Llama a Miguel) Señor Miguel, le conseguí para las dos de la tarde cita con su psicólogo. 

(Miguel ingresa a su oficina. Claudia lo sigue).  

Miguel
No me sirvió de mucho hablar con él. Solo me habló de Freud y su teoría de los sueños, que son deseos ocultos. La verdad, sentí que me estaba distrayendo y no diciéndome lo que necesito saber: ¿qué puede significar una paloma en mi vida?, ¿qué deseos ocultos puedo tener con una paloma?

Claudia
Ni idea, pero me gustan las palomas, son muy lindas y tiernas.

Miguel
¿Tú sabes las enfermedades que acarrean esos animales? Sus heces producen un gran daño a los monumentos, son animales repugnantes.

Claudia
No me parece. (Pausa) Quizá lo que le diga le suene tonto, pero conozco una vidente que le puede ayudar.

Miguel
¿Crees que creo en la brujería? 

Claudia
No, yo solo lo quiero ayudar, usted sabe que lo estimo mucho. 

Miguel
No me estimes mucho que no soy una persona fácil de tratar. Una cosa es el trabajo, otra es mi vida privada y soy muy aburrido. 

Claudia
A mí no me parece aburrido. De todas formas, le dejo aquí esta tarjeta con la dirección. 

Miguel
¿Tú le tienes mucha fe a esas cosas?

Claudia
No soy fanática, pero sí creo en las energías, en el sexto sentido y todo eso. 

Miguel
Dudo que vaya, pero tampoco lo descarto. Señorita Claudia, muchas gracias.  

(Claudia sale, Miguel mira la tarjeta).

Miguel
Jajaja, una vidente, jajaja. (Continúa con su trabajo, suena su teléfono) Sí… ¿Hasta cuándo se ha postergado esa diligencia?… Está bien (cuelga). La tarde libre. (Mira otra vez la tarjeta) A buscar algunas posibles respuestas. (Sale de su oficina).  

(La escena se oscurece. Miguel camina por las calles, una paloma de color gris pasa por su cabeza, intenta espantarla sin éxito. La paloma lo mira por unos segundos y luego se va. Miguel sigue su camino y llega a la dirección indicada en la tarjeta, toca la puerta, le abren. Ingresa a una habitación donde hay una mesa y una silla). 

Miguel
Buenas tardes, señora…  

Vidente
Buenas tardes, señor Miguel (él hace un gesto). Supe su nombre porque, a pesar de ser vieja, tengo buena vista, está escrito en su carpeta.

Miguel
Ah, la carpeta. 

(La vidente le indica que tome asiento).

Miguel
Gracias (se sienta). Mire, me siento tonto al venir aquí, pero tengo un sueño repetitivo…

Vidente
Antes que siga, deme su mano, quiero conectarme con su energía. (Miguel le da la mano) Lo que vas a encontrar no te va gustar. (Le toca la cabeza) Dolor, mucho dolor en tu pasado, estrés en tu presente y confusión en tu futuro. 

Miguel
(Incómodo) Le quería contar que sueño con una paloma. 

Vidente
¿Siempre es la misma paloma?

Miguel
Siempre. Antes era difusa, ahora es casi nítida. 

Vidente
(Lo mira fijamente a los ojos, enciende un cigarro, cierra los ojos) Es simple, en tu vida hubo una mujer con ese nombre o su traducción en otro idioma. 

Miguel
(Irónico) ¿Inglés, chino, ruso, alemán? 

Vidente
O quizás asháninca o quechua. 

Miguel
No sé ninguno de esos.

Vidente
Mis cartas, mi coca y mis cigarros no se equivocan. Te puedo asegurar que en tu vida te has cruzado con alguien con ese nombre. Es alguien que sufrió y tú estás relacionado con ese sufrimiento. 

Miguel
Gracias por todo, pero usted y sus artilugios están equivocados. (Saca dinero, lo deja sobre la mesa y se retira).  

(Oficina. Miguel ingresa rápidamente, mira a Claudia). 

Miguel
Tu bruja era un fraude, creo que la voy a demandar por delitos contra la fe pública. Me dijo que yo tenía que ver con el sufrimiento de una tal Paloma. No conozco a nadie con ese nombre.  

Claudia
¿Nada más le dijo?  

Miguel
Que busque ese nombre en otros idiomas, incluido el quechua. 

Claudia
Usemos el traductor de Google. (Saca su teléfono y digita) Aquí, mire lo que encontré, así se dice paloma en quechua. ¿Esto le recuerda algo? 

Miguel
(Mira fijantemente el celular de Claudia) Puede traerme un vaso de agua. No, mejor, ¿puede buscar entre los registros este nombre? 

Claudia
Claro, lo hago, pero solo con el nombre será difícil, ¿cuál es el apellido? 

Miguel
Solo tengo ese nombre. 

Claudia
Buscaré en Reniec, a ver qué encuentro. 

Miguel
Gracias. Esa palabra la he escuchado en algún lado. No recuerdo dónde, pero sí la he escuchado. 

Claudia
Señor Miguel, tiene suerte, he encontrado solo 788 personas inscritas en Reniec con ese nombre. Le imprimo las hojas, pero sin otros datos su búsqueda será muy difícil.  

Miguel
Gracias, me ayudará mucho con eso.  

(Claudia sale a imprimir. Vuelve y le entrega unas hojas a Miguel, quien las recibe presuroso). 

Claudia
¿Cuál es el tema con estas mujeres?

 Miguel

Solo con una de ellas. (Lee, pasa algunas líneas) ¡Aquí está! ¡Es ella! ¡Sí, tiene que ser ella! 

Claudia
(Se acerca a leer) ¿Urpi Lucía Huamán Rojas? 

Miguel
Sí, estoy seguro de que este nombre ya lo escuché antes. ¿Puede encontrar algo de ella en nuestros archivos digitales?

Claudia
Si es que está vinculada a algún caso, pues desde aquí la puedo ubicar (coge la computadora de Miguel y busca). Coloco mi código, escribo el nombre y ya está. Huamán Rojas, Urpi Lucía. Ocurrió en Tabalosos, departamento de San Martín… No hay más cosas, ni archivos escaneados, ni mayores datos, solo eso y el número de folio: MPPJS0313125. Pero si gusta puedo pedir información a la sede judicial de allá. 

Miguel
(Pensativo) Sí, por favor, gracias. 

(En la casa de Miguel. Él está tomando y fumando. Llaman a su puerta, la abre, entra Carlos).  

Miguel
Hola, ¿cómo estás? 

Carlos
Bien, gracias, pero a ti no te noto muy bien. 

Miguel
No estoy bien. Tiene que ver con el sueño que ya sabes. Solo que creo que ya sé el motivo. 

Carlos
Sin mucho bla bla, qué es lo que crees. 

Miguel
Creo que la paloma que veo todas las noches es la… no sé… es la energía de una persona fallecida hace 15 años.  

Carlos
Aguanta tu carro, ¿estás diciendo que un alma te atormenta? (Se ríe).  

Miguel
No es ningún alma, no sé qué es, pero esta mañana fui a ver a una vidente o bruja… Y ya en la oficina, la señorita Claudia encontró el nombre de una asesinada… 

Carlos
¿Me has hecho venir por una tontería como esa? 

Miguel
Tú sabes algo más.  

Carlos
Saber de qué… 

Miguel
De la parte de mi vida que no recuerdo. Nos conocemos desde hace años, siempre has sido mi psicólogo, conoces a toda mi familia, eres amigo de cada uno de nosotros.  

Carlos
Porque te conozco y conozco a toda tu familia, te digo que debes dejar de lado toda esta tontería.

Miguel
Hubo una muerte. 

Carlos
Con mayor razón, deja eso en el pasado, podemos trabajar en un tratamiento para que puedas dormir. 

Miguel
Pero ese sueño no me va a dejar. 

Carlos
Ese sueño solo es la manifestación de emociones reprimidas que, al dormir, el subconsciente hace aflorar.  

(Llega un mensaje al teléfono de Miguel). 

Miguel
(Revisa el celular) Claudia me llamó, dice que no pueden enviar información desde Tabalosos.

 Carlos
¿Pediste información a Tabalosos? 

Miguel
Claro, me urge saber lo que sucedió.  

Carlos
Las cosas suceden por algo; con mayor razón, olvida el tema. Mañana vienes a mi consultorio y trabajamos a profundidad en tu caso. 

Miguel
¿No crees que deba viajar? 

Carlos
¿A Tabalosos? Mejor nos vamos a Máncora. 

Miguel
Estuvimos en Tabalosos por cinco años y mi familia nunca habla de ese lugar, tal vez porque quieren olvidarse de algo… 

Carlos
Pero allá no tienes nada, no vale la pena viajar. Anda, necesitas relajarte… Máncora o, mejor, Centroamérica, como dos solteros… 

Miguel
Tú eres casado. 

Carlos
La casada es mi esposa, no yo. Qué tal si te llevas a la Claudita, se ve que quiere contigo. 

Miguel
(Ríe) Lo pensaré. Ahora estoy cansado, me voy a dormir. 

Carlos
Anímate para nuestro viaje.  

(Miguel asiente con la cabeza).

Carlos
Bacán, piénsalo, nos vemos (sale)

Miguel
(Enciende un cigarro, se sienta en su cama) Urpi en quechua es paloma. Tabalosos. Mi familia. (Se echa a dormir. Luego de unos segundos, aparece la imagen de la paloma que mira al público y gorjea. Miguel se levanta de forma brusca) ¡Mierda! 

(Donde la vidente)

Vidente
Así que otra vez usted por acá, la vez pasada casi me dijo estafadora. 

Miguel
Sí, discúlpeme. 

Vidente
¿Puedo adivinar que viene por lo mismo?  

Miguel
Sí, esta madrugada tuve el mismo sueño. (Se sienta) Pero esta vez la paloma… creo que me quiso decir algo. 

Vidente
Los sueños repetitivos no se van hasta que la energía que los motiva se haya disipado. Y esa paloma sí le dijo algo, solo que usted ahora no comprende. 

Miguel
Urpi es el nombre de una mujer que murió hace 15 años.  

Vidente
(La vidente se persigna, le pone las manos sobre la cabeza) No era una mujer, era una niña, murió con mucho sufrimiento. Y tú estás relacionado de alguna manera con esa niña o con su muerte. Ve allá y resuelve tus cuestiones del pasado, el aniversario de su muerte está cerca. Solo la verdad te hará libre. (Baraja unas cartas, Miguel elige una de ellas) La verdad no te va a gustar. Saca otra. (Miguel obedece) Hay gente de tu familia involucrada. 

Miguel
Mi familia no estaría jamás involucrada en un asesinato.  

Vidente
(Ofendida) Mis cartas nunca se equivocan. Si sigue ofendiéndome, el costo de la cita va a subir. 

Miguel
Bueno, gracias. (Entrega dinero). 

Vidente
Si quieres liberarte, busca la verdad. 

(Miguel sale de la casa de la vidente, llama por celular). 

Miguel
Señorita Claudia, por favor averígüeme el nombre del fiscal que estuvo a cargo del caso de la niña Urpi Lucía, lo que vimos ayer … Sí, es urgente… Sé que fue hace quince años, pero usted sabe que eso es importante para mí… Y búsqueme un pasaje para la selva, hoy mismo salgo, ya sea en avión o por tierra… Estoy tranquilo, no se preocupe. Estoy camino a la fiscalía para arreglar unas cosas y salir. 

(La escena se oscurece. Aparece Claudia hablando por teléfono en la oficina).

Claudia
Sí, señor Carlos, encontré un vuelo a Tarapoto a las seis de la tarde. 

Voz de Carlos
Entonces se decidió a viajar, eso complica todo.

Claudia
No entiendo cuál es el problema del viaje. Quiere ver un caso de violación de hace quince años. 

Voz de Carlos
¿Por qué dices que es un caso de violación? 

Claudia
Hice mi tarea con respecto a ese caso. 

Voz de Carlos
¿Qué otra cosa te ha pedido? 

Claudia
El nombre del fiscal que estuvo a cargo. Y le conseguí hasta el nombre del jefe de la comisaría. 

Voz de Carlos
Nuestro amigo se dirige a enredarse la existencia. 

Claudia
¿Por qué dice eso? 

Voz de Carlos
Por nada, gracias. (Cuelga). 

Claudia
Bueno, adiós. (Cuelga).   

(Entra Miguel). 

Claudia
Señor Miguel, buenos días, le conseguí pasaje aéreo para las seis de la tarde. 

Miguel
Buenos días, señorita Claudia. Y gracias. ¿Tiene el nombre del fiscal? 

Claudia
Sí, es el fiscal Julio Valverde de la Fiscalía de la Mujer de Tarapoto. También le conseguí el nombre del comisario de esa época y el actual. 

Miguel
Es usted una excelente secretaria. 

Claudia
(Sonriendo) Muchas gracias. 

Miguel
(Suena su teléfono) Hola José, cómo estás… ¿Qué?… Qué buena noticia, te felicito. ¿Cuándo parten?… No falta mucho, ¿ya le avisaste a los demás?… Ah, o sea que soy el último Vargas Flores en enterarse… Te perdono… No, mañana no puedo, estaré fuera de Lima por unos días, pero antes de que se vayan los visito para despedirnos… No, no puedo mañana y no me voy a arrepentir, sabes que las fiestas no son lo mío… Encontraré la forma de juntarnos, antes de su viaje nos vamos a ver.  

(El escenario es un cementerio. Miguel busca entre las tumbas. Una paloma se posa en la cruz de una de ellas. Él se acerca).

Miguel
(Frente a la tumba, que tiene una fotografía de niña) Casi quince años que no caminaba por este cementerio. Vine hasta aquí por nada. El tombo de esa época ya no es tombo y el fiscal ya no es fiscal, el ministerio público no tiene casi nada de esos años. Las actas policiales y fiscales hablan de violación y asesinato, pero no dicen nada de sospechosos. (Mira la fotografía pegada) Urpi Lucía Huamán Rojas; recién habías cumplido cinco años, ahora estarías cumpliendo veinte, quizá serías mamá, quizá estarías estudiando para que seamos colegas, quizá una pequeña empresaria, qué se yo. ¿Quién lo hizo? ¿Quiénes decidieron que ya no debías vivir? (Se escucha el gorjeo de la paloma) Sí, aquí estoy. ¿Acaso eres tú quien en mis sueños te aparecías con tanta insistencia? Ahora que estoy aquí me siento tranquilo, no hay miedo ni angustia. ¿Debo hacerte justicia para estar tranquilo? (Se vuelve a escuchar el gorjeo de la paloma) ¿Y si decido no hacer nada y vivir como si nada? Total, hay tantos expedientes acumulados, uno encima de otro. He visto no solo asesinatos y violaciones, también tráfico de drogas, sicariato, crimen organizado, secuestros, torturas, feminicidio, filicidio, parricidio, incestos, trata de menores, más violaciones, más asesinatos. ¿Por qué tendría que hacerte caso? ¿Qué tienes de especial? ¿Qué relación tengo contigo? ¿Quién eres tú para mí o quién soy yo para ti? (Nuevamente el gorjeo de la paloma) Falleció el 20 de marzo; el 20 de marzo, vísperas del cumpleaños de José. Ahora tendrías veinte. Y mi hermano está a pocos días de salir del país. (Suena el celular) Aló, Carlos, estoy frente a la tumba de la niña, fue violada y asesinada el 20 de marzo. 

Voz de Carlos
No sigas, deja de estresarte por eso… Lo que encuentres no te va gustar. 

Miguel
¿Por qué no me va gustar, qué tengo que ver con ella?  

Voz de Carlos
Mira, mejor regresa de una vez a Lima, aquí resolveremos tu problema con un taller vivencial y nuevas terapias y fármacos. 

Miguel
Otra vez con la misma cantaleta, un nuevo tratamiento. Quizá lo que esté enfermo no sea mi cerebro, sino mi alma.

Voz de Carlos
Psiquis es alma, soy un estudioso del alma. 

Miguel
Solo eres un repetidor de las teorías de otros. Ni siquiera yo sé lo que tengo. 

Voz de Carlos
Ahora me ofendes. 

Miguel
Solo digo lo que pienso. ¿Qué es lo que tengo o lo que tuve?, ¿cómo se llama mi anomalía psicológica? 

Voz de Carlos
Mira, hasta aquí llegó esta conversación. 

Miguel
Tú me llamaste, tú iniciaste la conversación, pero yo debo terminarla, dime qué es lo que tengo. 

Voz de Carlos
Tengo mi palabra empeñada con tu familia, no debes saber más del tema.  

Miguel
Tienes tu palabra empeñada, entonces mi familia sí está involucrada en el crimen, ¿de eso se trata?, ¿soy un asesino? 

Voz de Carlos
No. Quédate tranquilo, no eres un asesino.

Miguel
Cómo me voy a quedar tranquilo si todas las noches la tengo presente. ¡Te exijo que me digas cuál es mi padecimiento o te demandaré y no terminaré hasta joderte!, ¡sabes que puedo hacerlo! (Tranquilizándose) Dímelo por favor, de mi familia me encargo yo. 

Voz de Carlos
¡Amnesia disociativa!  

Miguel
Gracias. No te preocupes, no diré nada.  

Voz de Carlos
Tú no la mataste. 

Miguel
Pero sí alguien de mi familia. 

Voz de Carlos
Ya dije mucho, que te vaya bien. (Cuelga). 

Miguel
(Ríe) Que me vaya bien, qué payaso mi amigo. (Mira la tumba de Urpi, se sienta, la paloma se para encima de la tumba, gorjea. Él la acaricia) Solo la verdad me hará libre. (La paloma vuelve a emitir su clásico sonido) Urpi…  Ya recuerdo. Era víspera del cumpleaños. Gritaba, se defendía, pero él la golpeaba. Sus débiles manos no podían con la fuerza de él. Le quitó el pantalón, rompió su trusa y le golpeó la cara. Yo estaba borracho y había inhalado pasta, no hice nada, nada, ni agredirla, ni defenderla. (Pausa) Necesito acusar, no perdonar. (Mira hacia la tumba) Solo la verdad me hará libre.  

(Coge su celular, llama. Las luces se van a apagando y se encienden las luces de su oficina. Claudia está arreglando los papeles. Entra José, hermano de Miguel). 

José
Hola Claudia, ¿cómo estás? 

Claudia
Señor José, a los tiempos. Cuando el señor, su hermano, me dijo que usted vendría, me pareció raro, debe estar usted muy atareado con los preparativos para su viaje. 

José
Sí, ando muy ocupado, pero qué bien que mi hermano me llamó, tengo asuntos importantes que tratar con él. ¿Sabes algo más de lo que fue a hacer a Tabalosos? 

Claudia
Sé que el fiscal no recuerda nada, el acta fiscal solo tiene el nombre de la niña violada y asesinada, en la comisaría no hay nada al respecto y el comisario de esa época está no habido. Tanto a mí como al señor Miguel nos parece raro todo eso. 

José
¿Por qué les parece raro? 

Claudia
Nos hace pensar que nadie quiso hacer algo por saber lo sucedido. 

José
O sea que están sin pistas para actuar. 

Claudia
Así es. 

Miguel
(Entrando) Buenas tardes.  

(José le estira la mano, Miguel no responde el saludo). 

Miguel
Señorita Claudia, por favor que nadie entre a esta oficina.  

(Claudia asiente con la cabeza y se retira).

José
Buenas tardes, ¿estás bien?  

Miguel
No, no estoy bien, estoy confundido y tú eres parte de esa confusión. 

José
¿Pero qué he hecho? 

Miguel
No ahora, pero sí hace quince años. 

José
(Ríe nervioso) ¿Qué hice hace quince años? 

Miguel
Haz memoria. 

José
No me acuerdo ni lo que comí ayer y me voy a acordar de lo que hice hace quince años. 

Miguel
Era una niña muy pequeña. Fue en la noche, un día antes de tu cumpleaños. Ella pedía que la dejes ir y tú la sujetabas más, con mucha fuerza. Ella lloraba y tú arrancabas su ropa, ella pateaba y tú besabas su pequeño cuerpo. 

José
¡No, eso es mentira! Yo nunca hice eso, nunca lo hice.

Miguel
Yo te vi y estaba tan drogado que solo… no logré hacer nada. 

José
Jamás pasó eso, jamás. 

Miguel
Nuestro padre era el alcalde, se conocía al comisario, al fiscal, a los abogados y a todas las autoridades del lugar. 

José
¿Eso qué? 

Miguel
Que el viejo hacía y deshacía allá, nosotros éramos sus engreídos. Y la niña que murió solo era la hija de un poblador pobre. Papá le dio un puesto de limpieza en la municipalidad, para hacer el acto de caridad de la familia. Y sabes que por eso padecí de amnesia disociativa, mi cerebro bloqueó un hecho psico traumático, ver el ultraje y el asesinato de una niña de cinco años a manos de mi propio hermano. 

José
¡Cállate! 

Miguel
Tú, al poco tiempo, te viniste a Lima. Y me mandaron contigo a tratarme aquí para que Carlos y sus fármacos afiancen lo que la amnesia disociativa había hecho.

José
¡Esa noche también yo estaba drogado! 

Miguel
Lo estaba olvidando, pero una paloma en mis sueños me lo recordó. Y cuando tú te vas a Alemania, Urpi, sí, así se llamaba la niña que violaste y mataste: Urpi Lucía Huamán Rojas… Ella ahora quiere tu castigo y yo debo ser su instrumento.  

José
¿Qué harás? 

Miguel
Voy a pedir que reabran el caso. Te espera la cárcel, hermano, tu castigo es la cárcel y el mío la vergüenza y el dedo acusador de la familia.

José
Por favor, Miguel, vas a joder mi futuro, el futuro de mi familia, piensa en el pequeño Miguel, le puse ese nombre en honor a mi hermano, y en Micaela, que tiene el nombre de nuestra viejita. Piensa en nuestra viejita, ella va a sufrir mucho, ¿crees que ella deba pasar por esto a su edad? Estuvo mal lo que hice, me arrepiento, pero era un jovencito que no medía sus actos. En unos días viajo a Alemania, mi familia tiene sueños…

Miguel
¡Esa niña también los tenía! 

José
Pero ella ya está muerta y mis hijos, tus sobrinos, están vivos. Nunca más le hice daño a nadie, por favor, hermano, perdóname. 

Miguel
Todas las noches, desde hace más de un mes, esa paloma viene a mí… Y hace casi dos meses solicitaste trabajo a esa constructora de Europa. Ella también te va a perseguir, hermanito. 

José
No hagas nada contra mí por favor, Miguel, te lo ruego. 

Miguel
(Gritando) ¡Vete! 

(José sale. Miguel avanza hasta el lugar en el escenario donde está la tumba de Urpi, se aparece la paloma).

Miguel
Creo que nos veremos todas las noches y serás mi gran amiga. 

(Se oye con mayor intensidad a la paloma, mientras las luces se apagan). 

Fin

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